Los alimentos forman parte de su día a día, y durante estas semanas hemos aprendido a diferenciarlos, conocer su origen, profesionales y tiendas relacionadas con ellos, etc.
Es por ello que en el aula surgió la necesidad de instalar un supermercado.
Practicamos nuestra capacidad de observación fijándonos en qué elementos aparecían y dónde estaban colocados para poder hacerlo después igual.
Lo que más nos gustó fue montar el carrito. ¡Qué cantidad de piezas! ¿Dónde irá cada una?
Menos mal que teníamos a mano el folleto con las instrucciones y gracias a la imaginación de alguno de los compañeros tuvimos el carrito listo en menos que sube un hojaldre en el horno.



A partir de aquí pensamos en qué otras cosas necesitábamos y claro está, lo mejor fue hacer una lista para que no se nos olvidara nada.
Y lo más importante, los productos y sus precios, que recortamos y clasificamos.
Con todo esto ya lo teníamos todo y podíamos inaugurar el supermercado de la clase.
Algunos ya hemos aprovechado para hacer nuestra compra del mes.
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