En esta ocasión, nuestra curiosidad se dirigió hacia el árbol que había nacido en clase. Sí, sí, como oís, ¡¡nos ha nacido un árbol en clase!!
En un primer momento lo que más nos preocupó fue que no tenía hojas... ¡¡pero si aún estábamos en verano!! Así es que nos pusimos manos a la obra e hicimos hojas para nuestro árbol: cortando papelitos con los dedos unas y pintando otras con pincel, así practicamos nuestra motricidad fina de diferentes maneras.
A partir de aquí nos preguntamos ¿qué árbol sería este? La profe Cris nos dio una pista: nos teníamos que fijar en las hojas de los árboles que viéramos por la calle o cerca de casa para ver si alguno tenía las hojas igual al nuestro. En clase también investigamos, con libros y con hojas de verdad que clasificamos según su forma.
Y efectivamente, una de nuestras compañeras, muy observadora, descubrió que las hojas que habíamos hecho a nuestro árbol se parecían a las del nogal por lo que finalmente concluimos que
EL ÁRBOL DE LA CLASE
ES
UN NOGAL
Cada uno hizo el suyo y así conseguimos hacer un BOSQUE de palmeras, nogales, robles y algún sauce.
Solo esperamos que nuestro nogal,
de nueces este otoño.
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