Con las manos en la pintura disfrutamos coloreando de rojo un enorme cartón que nos trajo la profe y que se convertiría en un double decker bus como los de Londres.
Una vez seco comenzamos a pensar qué nos hacía falta: las ruedas y las ventanas, fue lo primero que surgió.
Preguntando a nuestro amigo el Sr. Google aún se nos ocurrieron más cosas, como poner letras. Con un poco de ayuda de la profe y trabajando juntos lo conseguimos.
Y como sabíamos que este autobús es muy típico en Londres, la ciudad que estamos visitando en nuestra vuelta al mundo, a alguno se le ocurrió que podíamos poner la bandera del país. Así es que, esta vez en parejas, preparamos dos banderas para nuestro autobús.
Dados los últimos retoques, lo dejamos listo para viajar con nuestra imaginación.
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