Comenzamos elaborando esta tradicional receta italiana preparando los ingredientes para la base de pan: harina, sal y agua.
Mezclamos y amasamos con las manitas, lo que resultó muy divertido aunque un poco pegajoso.
Hasta nos atrevimos a darles la vuelta como los profesionales.
Toda la noche reposando sirvió para obtener unas bases perfectas y más de uno se llevó una sorpresa. El siguiente paso fue cubrirla con los dos ingredientes principales de toda pizza: el tomate, para el que las profes no daban abasto a echarnos pues, no sabemos como, en cuanto llegaba al pan desaparecía ¡qué misterio!
y el queso.
Añadimos unas lonchas de pepperoni y un poquito de jamón para completar nuestra receta de pizza italiana.
Preparadas para el horno, para ello con un poco de ayuda de las familias y listas para degustar, seguro que están para
¡chuparse los dedos!








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